martes, 14 de abril de 2009

'eisidisí' o 'acedecé'

El honor del artículo inaugural de este blog es para uno de los guitarristas más famosos de los últimos tiempos, me refiero, como no, al gran (pese a ser más bien bajito) Angus McKinnon Young, guitarra solista de los "acedecé", y por todos conocido como Angus Young.

Queda evidenciado a lo largo de estos años de existencia, que el propio Young es el 'alma matter' de la banda australiana, pese a la presencia de Brian 'voz rota' Johnson. El uniforme de colegio de pago 'british', su mítica Gibson SG y esos movimientos espasmódicos sobre el escenario mientras rasga ferozmente su guitarra, quedarán para la historia si no lo han hecho ya. Pues bien, tras el huracán que han levantado a su paso con estos 3 recientes conciertos en España, y después de que servidor asistiera a uno de ellos (Bilbao concretamente) era hora de hacer balance de lo que se hace llamar 'Black Ice Tour 2009'.

Ocho años de silencio, tanto en el estudio como en directo, son muchos años, y la peña esperaba con muchas ganas, a la vista está las interminables colas para hacerse con una entrada hace 6 meses, se esperaba un buen show que nos hiciera sentir que los 65 pavos de la entrada estaban más o menos bien aprovechados, y la verdad, estuvieron a la altura. Pese a contar con el mismo 'setlist' para todos los conciertos de la gira (al menos hasta la fecha), que para cualquier especimen humano, más o menos enterado ya era conocido, el concierto no dejó de soprender a nadie.

A las 22:06 comenzaba la movida proyectándose unas imágenes de un tren a gran velocidad, conducido por un diablo (uno de los iconos de la banda), empezaban a sonar los acordes de 'Rock n'Roll Train', el primer sencillo del 'Black Ice' y aparecían sobre el escenario del BBK Arena Young, Johnson y compañía... para deleite de señoras, caballeros, niños y niñas presentes en el evento. Luego un más o menos anodino, pero eso sí, con Young dándolo todo por el equipo, 'Hell Ain’t A Bad Place To Be', para continuar con un tema de los que marcan una época, santo y seña de la vuelta de la banda tras la muerte del malogrado Bon Scott, me refiero como no al 'Back In Black' que sonó con una fuerza acorde con la dimensión de la canción y que hizo entrar definitivamente en calor a la parroquia. Sin espacio ni para tomar aliento siguieron con el 'Big Jack', cuyo estribillo era coreado a romper por las 20.000 gargantas que allí se dieron cita (huelga decir que hubo 'sold out' y allí no cabía ni un alfiler), continuando el camino con 'Dirty Deeds Done Dirt Cheap' y 'Shot Down in Flames', los aussies no daban tregua, y cada tema era tocado por Young como si fuera el último de su vida, recordando a Live at Donnington en muchas fases del concierto, por su entrega en cada punteo y sus electricos movimientos hasta la extenuación.

Tras oscurecerse el recinto empezaron a sonar las primeras notas de 'Thunderstruck', una de las señas de identidad del grupo que hizo vibrar a todos los que allí nos encontrabamos de manera especial... para luego continuar con 'Black Ice', encuadrado en su último trabajo. Sonó también de Jack, que contó con la complicidad del realizador al mostrar en las pantallas a las fans más bellas del lugar coreando aquello de 'She's got the Jack...', para concluir la canción con un 'striptease' semi-integral del cincuentón Young que como colofón se bajó sus vermudas de colegial preadolescente para mostrar unos calzones que rezaban AC y DC respectivamente en cada una de sus nalgas, y que porsupuesto hizo que el pabellón se viniera abajo. 'Shoot To Thrill', 'War Machine' o 'Anything Goes' fue lo que vino después y que no hizo descender ni una décima la temperatura del lugar. Encarando la recta final del show una ráfaga de hits como 'You Shook Me All Night Long' o 'T.N.T' que llevaron al personal a un estado musical de éxtasis generalizado y otros temas que incluían un aútentico sólo demencial de guitarra con plataforma elevadora y espasmos en el suelo del gran Angus, de más de 10 minutos, llegaron los bises. Comenzando con el 'Highway to Hell' (probablemente momento cumbre de la noche de comunión absoluta con el público), para finalizar el show con un 'For Those About Rock' aderezado con 6 cañones tamaño más que natural disparando a discreción en sintonía con los acordes de la mítica SG, se dió por finalizado el concierto.

En definitiva, 2 horas casi exactas de buen Rock n'Roll, que quiza no estuvieran a la altura de conciertos de otras épocas, pero para lo que vemos habitualmente a día de hoy, se puede calificar de un gran concierto, con la salvedad de ser un 'setlist' conocido de antemano y casi tocado mecánicamente, pero sin dejar casi ningún éxito en el tintero, probablemente eché de menos temas como 'It`s a long way to the top...' o 'Hard as Rock', pero en fin, ¡larga vida a los DC! y, tranquilos, pronto los tenemos en España otra vez, y lo mejor de todo... ¡Quedan entradas!